Vamos a revelar la fórmula secreta de la mayonesa...
Contínuamente nos hacemos daño unos a otros, ese es el problema de vivir en sociedad, de relacionarse, de necesitar contacto humano. Cuando sucede, cuando algo nos duele, solemos culpar a los demás, porque no nos tratan como creemos que nos merecemos. Nuestro dolor es el más intenso, el más injusto, el más.
Nos cuesta mucho hacer autocrítica y ver que nosotros también "metemos la pata" y causamos dolor a otros, intencionadamente o no, muchas veces por omisión, por no pronunciar la frase adecuada, por no realizar la llamada o la visita prevista, por no respetar los sentimientos de los demás como nos gustaría que se respetaran los nuestros.
Después cuando observamos la reacción de la otra persona pensamos: Sí, he cometido un error, podría haberlo hecho mejor, pero soy humano... me equivoco. Todos somos humanos y todos nos equivocamos.
En fin, creo que mejor deberíamos demostrar nuestra humanidad intentando ser generosos, comprendiendo que los sentimientos de los demás son tan importantes, reales y frágiles como los nuestros. Qué tal si intentáramos respetar la forma de sentir de cada uno y fuéramos responsables, porque una disculpa no siempre repara el daño.
Este es mi propósito de hoy, tratar a los demás con el respeto y el cariño con el que me gustaría que me trataran a mí.
Mo.
